Joven amigo o amiga. Tú que lees No Sin Mi Visa sin perderte ni una coma y te pasas por el arc de triomphe los consejos y doctrinas que se aglutinan en este blog ¿te consideras un auténtico outsider de la moda?
¿Te desmarcas de clichés, modas, tendencias, moderneces, fashiongüiks, culjanters, hipters, hypes instagrammers, bloggers, luukbuks y demás mamarrachadas fashionistas?
¿Tienes la plena convicción de ser un forajido de las modas, un inclasificable que sigue su propio camino en solitario al margen de esta sociedad corrupta por el consumismo?
Tú, querido amigo y lector de este blog, tú, aunque no lo pretendas ni lo sepas, puede que dentro de tí albergues un auténtico y genuino normcore.
Lo que oyes.
Se ignora si tiene arreglo, en caso que debiera tenerlo, pero por lo pronto es posible intentar emitir un diagnóstico preliminar gracias a este test que he preparado especialmente para tí.
Cuestionario para saber si eres Normcore
Conteste SÍ o NO a las siguientes cuestiones
- Vistes como un turista o un catequista. Tu look es anti-look, sin chispa ni charm.
- Tu vestuario cuenta con una legión de sosísimas prendas funcionales. En tu armario impera el caqui, el beige, los polos, las camisas blancas y los clásicos Levi’s.
- Utilizas camisetas básicas de algodón lisas o estampadas con motivos olvidados, insípidos y pasados de moda.
- Recuperas aquellas cosas de antaño – los clásicos anoraks, forros polares, pantalón chino …
Si contestaste afirmativamente a la mayoría de estas cuestiones, no hay duda. Lo tuyo es el normcore. Claro que tú seguirás preguntándote ¿pero qué seto?
Normcore, en palabras de @marioximenez consiste en «vestir de modo tan desintencionado que en cierto sentido, pueda resultar planificado a la perfección». (pincha AQUÍ para leer su post completo publicado en VOGUE)
Los auténticos iconos de esta corriente serían Jerry Seinfield, Steve Jobs, y si me lo permitís, personalmente incluiría dentro de esta lista como ejemplo patrio a Antonio Recio, ese legendario mayorista que no limpia pescado.
No temáis, que también existe la versión fashionista del normcore, lo cual no deja de ser paradójico. Se trataría de Emmanuelle Alt, Capuccine Sayfurtlu o Géraldine Saglio cuyo estilo esencialmente se basa en vestir con simplicidad, tirando constantemente de prendas básicas y haciendo apología del effortless.
Se trata en definitiva, de una tendencia anti-tendencia cuya intención reside en prescindir de lo trendy, rescatando del baúl de los recuerdos prendas totalmente casual, que cuanto más sosas, funcionales y básicas sean, mejor.
Resumiendo, el rollito normcore básicamente consiste en ir «prolijamente desprolijo».
Antimoda aburrida para gente que quiere resultar interesante. Ahora ser moderno consiste en no serlo. Para volverse tarumba oiga.
¿Nos encontramos con otra vuelta de tuerca más del clochard, del grunge, del mall style o del look Lidl? ¿Será esta corriente de «estilismo desestilizado» el nuevo negro?
NO SIN MI VISA 