Apreciado lector: si has estado soñando con una vida mejor frente a tu televisor mientras emitían Españoles en el Mundo desengáñate. No es tan fácil. Esos simpáticos compatriotas que tienen la bondad de mostrarnos a los voyeurs catódicos sus felices vidas son precisamente los que se han quedado. Son muchos más los que vuelven o se van.
¿En Brasil hay trabajo? Sí. ¿Hay muchas empresas que requieren mano de obra cualificada? Sí. Pero el principal problema es el visado. Un español que quiera entrar en este mercado laboral no lo puede hacer por los métodos convencionales. Es decir, no sirve buscar ofertas por internet y enviar el CV.
Para ir a Brasil hay dos alternativas: que la empresa para la que trabajes te envíe de expatriado; o tener buenos y numerosos contactos en empresas brasileñas que estén dispuestas a contratarte y gestionarte el visado de trabajo. Y en tal caso mucho ojo con venirse arriba, pues en 2012 fueron contratados 73.000 extranjeros pero únicamente 1 de cada 10 contrataciones eran indefinidas.
Insisto, después del fútbol, la samba y la capoeira, la burocracia es probablemente la actividad más practicada allá por tierras cariocas. En Brasil hay trabajo y oportunidades, pero no es nada recomendable ir a buscarse la vida y mucho menos con el petate a la espalda.
NO SIN MI VISA 